miércoles, 29 de enero de 2025

Abejitas

 
                                            Imagen creada con la herramienta DALL-E de OpenAI.


Todos los poetas han sucumbido al amor adolescente. A su melosidad y a su amargo final. El amor adolescente puede ser obsesivo y calamitoso, pero siempre pervivirá en él una iconografía de flores y de néctares que no pueden faltar en mi propio poema de amor adolescente.


Cual pájaro funesto picoteó mi vena

tu encanto e hizo mieles espesas de mi savia.

Y se alejó con un zumbido, prendiendo en rabia

el promontorio en que tu aguijón besó su cena.


Poco a poco, despacito, me torné colmena

de abejitas temblorosas que mi ser agravia.

Me tiemblan en las manos, la tripa y en la labia

al libar el perfecto licor de tu melena.


Te marchaste aleteando presto hacia otras flores,

dejando de tu cuerpo en mí solo una herida

embriagada de tu dulce néctar y picores.


Y con el recuerdo de tu súbita partida,

traquetean en mi pecho pinchos y dolores

ahincados por el fijo rastro de tu huida.

miércoles, 22 de enero de 2025

Poema al azar

 
                                            Imagen creada con la herramienta DALL-E de OpenAI.


Como a todo buen hijo de vecino, el azar me gobierna como un amor adolescente. Los juegos de azar son tan estimulantes como adictivos. El azar rige tanto el universo como cada uno de mis infortunios. Siendo el azar tan importante y capital, como podría yo resistirme a hacerle un pequeño poema en una tarde adolescente.


Tengo un dado en una mano.

En la otra una pluma.

En la mesa tengo un folio.

En la mente, una musa.

Con un seis te hago un poema.

A ti ley del universo.

Azar, rey de lo efímero,

gran regidor de lo eterno.

Saco un tres, menuda pena.

Hoy algo me ha inspirado.

Tal vez haya una manera

de explotar este milagro.

Volveré a tirar. No falles.

¡No! Un dos. Gran infortunio.

Y cinco y cuatro, ya toca.

Sea este el preludio

de mi suerte de escritor.

A ver ahora que sale…

Fallé otra vez. Maldición.

¡Oh Azar! Para mí es tarde.

Caprichoso, has de saber

que has perdido tu poema

mi admiración y respeto

hasta otra tarde más buena.

miércoles, 15 de enero de 2025

El helado

 
                                            Imagen creada con la herramienta DALL-E de OpenAI.


No hay nada que guste más a nadie en este mundo que un helado en verano. Los hay de tantos gustos y sabores que uno podría dedicar una vida entera a probarlos todos y no llegaría nunca a catalogarlos. De los más raros que he probado yo en mi vida era un helado con sabor a Boletus. Todo lo que tenía de inusual lo tenía también de delicioso. El helado es además un amigo distinguido. La mayoría lo hemos conocido desde pequeños y nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida. Un amigo tan longevo y delicioso merece pues el mayor de los elogios.


Maravillosa geometría es la del pincel

avainillado que perfila la orografía

del carrillo, la barbilla, el labio y la alegría,

endulzando idéntico al anciano y al doncel.


Sobre un cono invertido de barquillo, corcel

noble del orbe de muy cremosa geografía,

cabalga con dulce y esférica maestría

el émulo de la golosina y de la miel.


Con salivas, lagrimones tenues, se deshace

en su primitivo guerrear contra el calor,

vil ejecutor de su meloso desenlace.


Escalerita ascendente guardada al humor.

Caballero fiero que en su lucha satisface.

En verano, como siempre, vuelve por favor.

miércoles, 8 de enero de 2025

El reflejo de Narciso

 
                                             Imagen creada con la herramienta DALL-E de OpenAI.


De joven, una vez, tras leer a Borges y sus relecturas de los cuentos clásicos, quedé especialmente impresionado por su relato de La casa de Asterión. En él, un mito clásico como el del minotauro era observado desde los ojos de un niño solitario y monstruoso. Me fascinó la posibilidad de contar las historias a través de los ojos de esos personajes sin voz. En ese punto ideé este poema, en el que no es Narciso quien nos cuenta el mito, sino su reflejo.


¡Por Júpiter! ¿Qué es lo que ven mis ojos?

¡Qué hermosura! ¡Qué belleza sin par!

Emula a Apolo y su luz solar;

hace caer a las ninfas de hinojos.


Pero véase aquí el trampantojo

y el inhumano embate del azar:

siendo yo, luego, su él especular,

me mira, se sonroja y me sonrojo.


¡Qué indigna esta cárcel en que broto,

como una flor mirada por el sol,

en asomarse mi amado al crisol

que aprisiona las aguas en que floto!


Falso es mi espíritu, de ser roto,

pues ni existir tengo bajo control.

Sin él encenderme, yo no soy farol;

si no se me encara, yo ni me noto.


Me hablas y, en desesperación, gritas.

Yo hablo con silencio y borboteo.

Yo soy, en este mundo, el mayor reo

por ser el eco de muecas que agitas.


Si con tus brazos a venir me invitas

yo invito de vuelta, o eso creo.

Y presto respondo a tu parpadeo,

escondiendo tus pupilas exquisitas.


¡Oh, dichoso! ¡Oh, hermoso creador!

Tú, que miras con ojos enamorados

mi piel y mi rostro de cristal mojados,

que reflejan en mí también tu amor.


Sácame de esta celda de color

a firmamento, y gestos condenados

al calco de los miembros por mí amados,

germen de mi deseo y mi dolor.


Tal vez la humana pasión sea esto:

húmeda prisión opuesta al querido,

ser marioneta y frustrar el sentido,

que el destino déspota ha dispuesto.


¡Te aúpa! Y te separa del resto.

Convierte las nubes en tu solar nido

y postrándote en un hilo tendido,

te zarandea en columpio funesto.


Errado crees que hay cuerpo en mí

y derramas tus labios en el espejo.

Mas, en mi vehemente beso parejo,

solo hay vapor y fe de zahorí.


Sobre todo, me duele el frenesí

disimulado tras tu mirar perplejo,

al no hallar tus abrazos, en reflejo,

otros brazos que te envuelvan a ti.


Tu delirio me retorna a mi loco,

en el sufrir del amor que es quimera,

y enloquecer me hace ver la manera

de unirnos y aliviar el sofoco.


Zambúllete en mí. Siente que te toco

con mis caricias de humedad ligera

y se vuelve ya tu alma prisionera

de mi aguado presidio poco a poco.


* * * * * * * * * 


Una flor orilla ahora la fuente.

Su nimbo hecho de un blanco muy puro;

su corazón de estrella y futuro

es reflejado en la quieta corriente.


Falta Narciso y el reflejo enfrente.

Fueron desaparecidos por conjuro

e hicieron de su fenecer oscuro,

un cuento, mito, tradición y presente.

miércoles, 1 de enero de 2025

Brasear

                                             Imagen creada con la herramienta DALL-E de OpenAI.
 

Durante un breve período de tiempo, intenté mantener la costumbre de elaborar un poema diario utilizando la palabra del día del diccionario de la Real Academia Española. Como siempre sucumbí a mi sempiterna pereza, pero logré mantener el hábito durante unos sorprendentes cinco o seis días. Estos poemas se escribieron con la premura inseparable al acto de producir un nuevo texto cada 24 horas y por lo tanto su calidad está a la altura de este inconveniente. Son más ejercicios de escritura automática que creaciones elaboradas. Pese a esto, la escritura de los mismos fue divertida y compartirlos aquí me parece una oportunidad de transmitir ese gozo.


Hundir mi rostro en brasa viva, saben

bien que es redentor, tostarme

el carrillo en rejas de alambre,

dolor, pintor, impecable tatuaje.


Quererme el mal me hace estable,

fuera el frío, llaga, me resarce.

Tráeme carbón, lumbre, hierro y hambre

entre los pongos de tu nuevo viaje.


Que se aprovecha todo del cerdo,

el rostro, la mejilla, la papada,

o ese es el tácito acuerdo.


Que mis adentros no valen de nada

pero algo bueno tiene el lerdo.

De mi cuerpo haremos parrillada.


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