miércoles, 26 de noviembre de 2025

Mi éxito prefigurado

 

Imagen creada con la herramienta DALL-E de OpenAI.


El día que sea un póstumo Lorca

o un Bukowski maldito y encumbrado.

Cuando todos me aplaudan con agrado

y laurel sea la soga de mi horca.


El día en que desgrane la mazorca

de mis glorias y quede sepultado

por un costal más grande que un arado

o un nimbo más pesado que una orca.


El día en que sea un Zahir indeleble

en la mente de todos mis paisanos,

como lo es el ducho a los oriolanos

o el braseado llorón al endeble.


Ese día en que mi palabra pueble

todo, como los imperios romanos

o aquellos siete pecados cristianos

que sabe cada socio del inmueble.


Ese día colgadme de los pies,

para zarandearme la mollera

y echarme sin desprecio el alma entera

del cuerpo mal erguido del revés.


Sacudidme con violencia el envés

de mi figura y de la sementera,

con patadas, mordiscos, en hilera;

horadado cual lóbulo al través.

Devolvedme implacables a la vida,

arrancadme los ajuares del sueño;

afeadme con justicia el empeño

de asir esta virtud inmerecida.


Volver a la mesa tras la caída,

a escribir, que de nada más soy dueño

que de algún que otro verso halagüeño

y de un tiempo altruista y homicida.

miércoles, 19 de noviembre de 2025

Tarde de otoño

 

Imagen creada con la herramienta DALL-E de OpenAI.


Sobre el aire de la tarde

navegan hojas de otoño,

y sus mudos tripulantes

son chicas motas de polvo,

rayos de sol transformados

en prestos jinetes de oro,

también calentitos átomos

de vendaval silencioso.

Cimbrean las hojas pardas

entre cien coches y motos,

acariciando los cascos

de los urgidos pilotos.

El sonido que en la mañana

me causara un gran trastorno,

ahora es música blanda,

o abrir de flores de loto.

Traviesa un chico la calle,

cabalgando en unos hombros;

de puro otoño se viste,

lleva una estrella en el rostro

y una alegría caoba,

porque su padre es su potro.

Las hojas que le circundan

las embiste como un toro.

Los mayores pastorean

como guardianes remotos,

desde ventanas y bancos,

los prados de asfalto tosco

y los perros que alborotan

a los pasantes ignotos

lo hacen porque el sol brilla

en esta tarde de otoño.

miércoles, 12 de noviembre de 2025

Aviones de papel

 


Imagen creada con la herramienta DALL-E de OpenAI.


Aún recuerdo nuestros juegos de niños.

Recuerdo cómo llegó a nosotros,

como arbóreo terciopelo reciclado,

el cuerpecito raso de nuestro vástago.

Y debatimos el método en que las simetrías

y los pliegues dan más vigor a los cuerpos,

haciéndolos más duraderos

y menos humanos.

Recuerdo tu mirar ilusionado, de soslayo,

al cederte la primera doblez de todas:

ese quedo pistoletazo de creación y de cambio.


Recuerdo su breve e íntimo bautismo 

entre las lluvias beis del otoño,

en que escribimos a resguardo de su ala: 

“para siempre”

y nos reímos como dioses desconocidos

que conocen el mayor de los secretos:

el de dotar de eternidad lo efímero.

“¡No somos barro, Creador! No lo somos.

Tu no nos has creado. Somos el torno

y el alfarero. Legislamos el desorden.”

Y reíamos, y susurrábamos, construyendo

un ovillo enredado de sonrisas y manos.


Y lo hicimos volar, como solo tú y yo supimos,

entre los nudos de sus hermanos. Más, más alto,

con su cuerpecito amarillo y reencarnado

domesticaba corrientes más pesadas que el destino,

como si eso no fuera ningún reto. 

Y volvía a tierra sin esfuerzo,

un suicidio obligatorio

celebrado por el reinicio del juego, 

la creación 

y el universo.

miércoles, 5 de noviembre de 2025

Sobre el mar y los pescadores

 

Imagen creada con la herramienta DALL-E de OpenAI.


Con estos dos sonetos gané allá en 2015 el I premio Alborán de poesía y microrrelato. Evidentemente en la categoría de poesía. Muy lejos queda ese escribir divertido de la niñez. ¡Qué recuerdos!


Sobre el mar


Sementera de Urano, soy devoto

de los misterios que ocupan tu suelo.

También ansío descorrer el velo

que oculta tu techo de cristal roto.


Fusión del hielo, la sal y lo ignoto

guardas en tu seno con sutil celo,

como el natural espejo del cielo,

la llave del paraíso remoto.


En tus aguas bebieron los poetas

un manantial de musas infinito

de acertijos y pasiones secretas.


Y aunque tu piel sea leyenda y mito,

yo cantaré entre tus aguas inquietas

fábulas sobre mi azul favorito.



Los pescadores


Gladiadores de la arena y la espuma

avanzan sobre el mar de madrugada.

Es allá donde la línea delgada

que separa el Atlántico se esfuma.


Allí chocan los mares y la bruma,

y cruzan continentes la mirada,

a través del hogar del pez espada,

tal es el espectáculo que abruma.


Deslizan en el agua los sedales,

y reposan las barcas su fatiga

sobre las olas bravas y brutales.


Pues aún cubierta de sal e intriga,

para aquellos marinos naturales

es la mar su pasión y fiel amiga.

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