miércoles, 11 de diciembre de 2024

La mala suerte

 
                                            Imagen creada con la herramienta DALL-E de OpenAI.


No hay adolescente en este mundo que no se haya visto embriagado, alguna vez en su vida, por la rebelión que supone un nihilismo necesario. Así, protagonistas como Holden Caulfield se convierten en ídolos de masas, para los púberes con inquietud, semejantes a los vampiros iridiscentes o a las estrellas de un musical de baloncesto. Hay algo seductor en el caos y en la tortura cíclica condenada a repetirse. En esa etapa mía, no pude evitar encandilarme con algunas de las ideas de Nietzsche e intentar poetizarlas. Mi humilde intento no es más que el siguiente.


Voy de mal en peor

y vuelvo de nuevo al mal.

Sin suerte ando en esta vida

en un círculo fatal.

Se me hace bien aburrida.


Sin turbarse ni rubor

manda mi vida un tahúr

que me la tiene jurada

y parece un gran augur

pues gana cada jugada.


Se me olvida ya el amor,

todo lo cercano al éxtasis,

lo bueno ya es muy lejano…

Diciéndolo con más énfasis.

¡Tan infeliz, tan temprano!


Me achaca pronto el dolor

en mi espalda de camello.

Condenado a arrodillarme,

no seré un niño bello;

no sé crear ni crearme.


Aún siguiendo este tenor

debo seguir caminando,

cargando en mi piel rasguños,

y aunque siga tropezando

me arrastraré con mis puños.


Tal vez mi mucho sudor

y este eterno retorno

aplaquen alguna pena

al volverme sin trastorno

a tu lado, mi sirena.

0 comments:

Publicar un comentario

Buscar este blog

Con la tecnología de Blogger.