El reencuentro de un amor perdido puede ser harto estimulante. El entretiempo, por otro lado, ha sido para mi un monstruo dentro del armario de lo más aterrador. Me mira con apetito, como mira un niño a un compañero que saca una golosina en medio del parque y, pese a no tener hambre, esa golosina se vuelve su mayor objeto de deseo, y él se vuelve hambriento. Así es como me mira a mí la espera, con ansias de devorarme. La depredación en si no me resulta angustiosa, pero saberme sitiado por una espera que nunca cede y la incertidumbre del retorno al amor, me ha amargado el carácter y me ha convertido en este poeta torturado que soy. Ojalá un truco de magia barato hubiera disuelto esa espera a tiempo y pudiera yo escribiros poesía más alegre.
Take me agile, straight to the point
where we love each other again.
Ignore the waiting and the pain,
and take the vast weight off my loin.
Fly me direct above those days.
A lurid gaze into the abyss,
dark on top and darker beneath—
a somber pit, a dimmer maze.
Lend me your chariot, Phaethon.
Ignite my back under your eyes,
a blazing rose crossing the skies,
just a beauty without reason.
Emerge me on the other side,
as if time had never passed,
as if those kisses were forecast,
and the passion had never died.
I have grown dull and older now.
A leap in time could not conceal
a deepened sorrow made of steel,
in a stainless, chivalrous bow.
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