Imagen creada con la herramienta DALL-E de OpenAI.
Sobre el aire de la tarde
navegan hojas de otoño,
y sus mudos tripulantes
son chicas motas de polvo,
rayos de sol transformados
en prestos jinetes de oro,
también calentitos átomos
de vendaval silencioso.
Cimbrean las hojas pardas
entre cien coches y motos,
acariciando los cascos
de los urgidos pilotos.
El sonido que en la mañana
me causara un gran trastorno,
ahora es música blanda,
o abrir de flores de loto.
Traviesa un chico la calle,
cabalgando en unos hombros;
de puro otoño se viste,
lleva una estrella en el rostro
y una alegría caoba,
porque su padre es su potro.
Las hojas que le circundan
las embiste como un toro.
Los mayores pastorean
como guardianes remotos,
desde ventanas y bancos,
los prados de asfalto tosco
y los perros que alborotan
a los pasantes ignotos
lo hacen porque el sol brilla
en esta tarde de otoño.

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